27 junho 2009

Litros, Kilos y Docenas (esp)


El hecho de que el sector de la floricultura necesite profesionalizase mucho no debe ser sorpresa para los que comparan de cerca el mercado y su evolución. No es el productor el único que requiere actualizarse, también parece claro que los demás integrantes de la cadena están necesitando adecuarse a las nuevas exigencias.

El sector ha enfrentado dos tipos de situaciones: los problemas crónicos y los estructurales. Algunos de los problemas crónicos son tan frecuentes que, prácticamente, en su mayoría pueden ser considerados ya estructurales, como, por ejemplo, la complejidad e ineficiencia de la burocracia, la obsesión reguladora, la intromisión de las instituciones públicas en la vida de las empresas y el exceso de leyes; todos estos temas ya han sido objeto de atención en este espacio. Otros, como la informalidad, la falta de profesionalización y la ausencia de datos confiables, deben merecer una atención mayor de los protagonistas del sector, porque indican problemas que pueden agravarse y dificultar todavía más un desarrollo sostenible.

Una de las situaciones que mejor caracteriza el nivel del sector son las estadísticas. Se le atribuye a Winston Churchill la frase de que hay tres tipos de mentiras: las mentiras graves, las mentiras piadosas y las estadísticas. Cuando las informaciones que divulgan importantes centros de comercialización, están expresadas en kilos para flores, es evidente que la credibilidad del mercado deja mucho que desear.

En el caso de las flores transportadas y comercializadas en agua, la primera pregunta que debería hacerse es acerca de si la información se refiere al peso neto o al peso bruto. Y luego, si el peso del agua fue incluido o fue descontado. Asimismo, si debemos calcular el peso líquido o el peso drenado. Son dudas normales en un mercado que hace de los datos piezas elaboradas de ficción, que sólo sirven para que los funcionarios aplicados, que desconocen la realidad, elaboren gráficos y tablas, compilen datos estadísticos, con las formas y en los colores más variados, y crucen informaciones, para obtener nuevos datos referentes a la productividad por hectárea, en toneladas de flores o en sacos, como si se tratase de maíz, soja o arroz.

Es a partir de estos datos ininteligibles, que se elaboran muchos de los proyectos para el sector, que se dimensionan y definen las estrategias y las acciones. Puede ser que ésta sea, entre otras, la explicación más consistente para el triste desempeño y sirva para justificar que los productores se encuentren tan desanimados.

Me pregunto: ¿a cuánto cerrará hoy el precio del kilo de rosa? Y por cuánto se comercializará mañana en el mercado el mazo de verde, sin saber de qué verde estamos hablando, cuántas hojas tiene el mazo o cuánto mide cada tallo. Difícil será hacer previsiones en este cuadro de incertidumbre y de confusión.

Publicado en Economia y Viveros AR

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